Las zoonosis son las enfermedades que pueden ser trasmitidas de los animales a las personas o al revés de las personas a los animales.
Para poder englobarlas a todas, se ha hecho una clasificación que se divide en dos grandes grupos: las alimentarias (como podría ser la famosa salmonelosis) y las no alimentarias, que a su vez se dividen en dos grandes grupos, en función de si requieren de un vector o no. El vector podría ser por ejemplo una garrapata o un mosquito y se clasificaran como indirectas. En cambio las que no requieren un vector, son las directas, y podría ser por ejemplo la transmisión de parásitos en las heces, al no mantener unas medidas de higiene adecuadas y lavarnos las manos.
Debido al cambio climático y la globalización, las zoonosis están en constante crecimiento, puesto que estas circunstancian facilitan el transporte de estos vectores y enfermedades lejanas que pudieran estar solo en EE.UU, terminan llegando a Europa.
Actualmente existen más de 200 y convivimos con las zoonosis día a día. Esto no debe alarmarnos, pero si ser conscientes para mantener y entender los hábitos de higiene tanto personal como de las instalaciones y el control veterinario para una correcta desparasitación, vacunación y detección de enfermedades.
Una vez que tenemos claro el concepto de zoonosis y que existe un amplio abanico de posibilidades respecto a la transmisión de dichas enfermedades, nos centraremos en mayor medida en el caso de los animales del refugio. Haciendo una mención a las siguientes por su frecuencia:
- Giardia
- Tiña
- Leishmania
- Lyme
Uno de los casos más típicos que se presentan en los lugares con una alta densidad de población como pueden ser las perreras, refugios, protectoras o tiendas de animales son las diarreas, las cuales pueden tener diversas causas. Con frecuencia se deben a parásitos internos como pudiera ser el caso de la Giardia doudenalis, es una parásito protozoario que, hospeda a humanos y animales en todo el mundo. Su potencial zoonosico es muy bajo, lo cual quiere decir que para infestarnos deberíamos ingerir una carga alta o estar inmunodeprimidos debido a enfermedades previas. Pero aún así, España, según el último informe epidemiológico anual del 2017 sobre la giardiasis en humanos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), es el tercer país con más casos de esta enfermedad en Europa. Existen muchos otros parásitos intestinales que pueden hacernos enfermar, por lo que en la protectora la desparasitación interna se realiza de manera rigurosa cada 3 meses sin olvidar los protocolos de limpieza y desinfección de las instalaciones.
Otro caso que podemos encontrar en los refugios, es la tiña. Se trata de unos hongos y los que la producen se denominan dermatofitos. Hay aproximadamente 40 especies de dermatofitos, cada una de las cuales tiene tendencia a producir infección en determinadas especies, es decir, que los hongos que afectan a los gatos por ejemplo tiene predilección por estos, pero aun así existen posibilidades de que también nos afecten. En el gato, la causa de más del 90% de los casos es el dermatofito Microsporum canis, que puede causar infección también en otras especies incluyendo canidos y humanos, pero como hemos comentado, sería más fácil la transmisión entre gatos que al resto de animales o personas.
Si la piel está intacta es muy difícil el contagio, pues hace de barrera natural, pero para su manejo deben usarse idealmente una vestimenta exclusiva, guantes, no tocarnos los ojos o nariz y por supuesto lavarnos bien después de su manipulación y en el caso de tener heridas cubrirlas previamente. En cambio los animales, como es lógico, no siguen las mismas pautas que los humanos y debemos tomar otras medidas como el aislamiento de estos animales, la higiene del entorno, evitar ectoparásitos que fomentan las heridas en la piel por rascado y pautar una medicación y controles.
Una manera de detectar y confirmar los hongos que empleamos en la protectora, es a través de unos test llamados “DTM”, en los cuales se colocan restos de piel y pelo y en unos días si cambian de color nos indican la existencia de los mismos.
La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria que se presenta en Europa, principalmente en la cuenca mediterránea y muy frecuente en nuestra zona, también es una zoonosis Para no alarmarnos observemos los números y entenderemos que su transmisión al humano es difícil y más aun si tomamos las medidas pertinentes de detección y desparasitación mensual que aplicamos en la protectora.
En España, el principal número de casos humanos se produce en la Comunidad Valenciana, seguida por las de Madrid y Cataluña con un promedio total de unos 100 nuevos casos al año (tasa 0,40/100000 habitantes) y estas suelen tener alguna enfermedad previa o el sistema inmune comprometido. Se estima que en España, el 7% de la población canina está infectada, aunque existen regiones donde se llega hasta un 35%, se transmite a través de la picadura de los flebótomos (un tipo concreto de mosquito). Se entiende que el número de casos en humanos es muy pequeño.
En nuestro refugio actualmente tenemos cuatro animales con esta patología y se encuentran bajo tratamiento y con controles. La medicación no solo ayuda al individuo enfermo, sino al resto del conjunto haciendo muy difícil su transmisión. Por nuestra parte realizamos controles rutinarios con el fin de poder diagnosticar y tratar a nuestros pequeños lo antes posible, evitar la transmisión o detectarla la infección de manera temprana, repercute de manera muy significativa en una mejor respuesta a la enfermedad. Actualmente utilizamos unos test rápidos, los cuales a través de una muestra de sangre y en 10 minutos nos informa sobre 4 enfermedades, entre estas la Leishmania y la enfermedad de Lyme de la que ahora hablaremos.
La enfermedad del Lyme (conocida también como borreliosis del Lyme) es una enfermedad infecciosa causada por algunas bacterias que están en garrapatas. En el refugio a veces llegan perros que han estado en contacto con esta bacteria y dan positivo en las pruebas que se realizan rutinariamente (los test rápidos) cuando ingresa un animal a nuestras instalaciones. Una curiosidades esta zoonosis radica en que requiere un tipo concreto de garrapata, que no afecta a los perros. Esta enfermedad es muy elevada en EE.UU y se transmite por la garrapata que afecta a la fauna silvestre. No obstante existen más enfermedades y se toman todas las medidas posibles para evitar que nuestros pequeños tengan ectoparásitos (como por ejemplo las garrapatas) aplicando una desparasitación externa mensual.
Como conclusión respecto a las zoonosis podemos concluir que tenemos en nuestras manos una gran responsabilidad para evitarla el contagio, aplicando medidas preventivas como la detección temprana y rutinaria de los animales que ingresan nuevos, la constante desparasitación y el mantenimiento de la higiene, limpieza y desinfección que se realizan en el día a día de la protectora gracias al trabajo diario del equipo.
Francisco Roldán
Veterinario
Lliga per a la protecció d’animals i plantes de Barcelona